jueves, 16 de diciembre de 2010

TAREA PARA VACACIONES

Si tienes la suerte de tener conexión a Internet en casa (o puedes acercarte a algún sitio en el que la haya, como la casa de un amigo/familiar o la biblioteca del pueblo), puedes hacer esta mini-tarea de informática en Navidades (entre turrón y turrón, juguete y juguete).

Lee primero el decálogo para que tus comentarios tengan buena calidad, y después comenta la noticia que os dejo más abajo.



DECÁLOGO DIRIGIDO A NIÑOS/AS PARA COMENTAR EN EL BLOG


Hace poco me encontré con esta entrada en uno de los blogs que visito habitualmente (El blog de la clase de Gregorio en Abrucena), del profe Gregorio Toribio de Almería. En ella se muestra un decálogo con una serie de pequeños consejos para comentar en los blogs. Y como ya sabéis que a mí me encanta compartir lo bueno, aquí os la pongo para que le echéis un vistazo, y os animéis a poner vuestros comentarios.



1) Lee antes de comentar.
Es de mal gusto comentar simplemente: “Este artículo está muy bien” o “Me ha gustado mucho”. Este tipo de comentario da a entender que no has leído nada. Hay que procurar leer el texto, captar las ideas que en él se reflejan y dar nuestra opinión.

2) Repasa los comentarios ya publicados.
Debemos leer los comentarios que ya se han publicado para no repetir ideas. En todo caso, podemos hacer lo siguiente: “Opino lo mismo que ha comentado XXX porque…” o “Coincido con lo que expresa XXX porque…”.

3) Enriquece el texto del artículo.
Al autor/a pueden habérsele pasado por alto ideas, datos, fechas… o incluso haber cometido algunos errores. Con nuestro comentario podemos ayudar al autor/a para que complete o rectifique su publicación.

4) Sé respetuoso con el autor/a del blog.
Quien publica en un blog, se ha tomado la molestia de crear un texto. Debemos respetar al autor/a, lo cual no quiere decir que estemos de acuerdo con lo que expresa. Si algo no coincide con nuestras ideas, podemos decir de forma educada que “No estoy de acuerdo con…”, “Bajo mi punto de vista…”… pero NUNCA debemos insultar.

5) Valora la publicación.
Si te gusta ese blog, de vez en cuando, puedes hacer comentarios del tipo: “Este blog me gusta cada vez más porque…”, “El tipo de artículos que publicas y que más me gusta es…”. De esta manera animaremos al autor/a para que continúe con su publicación.

6) Cuida tu ortografía.
Antes de lanzar nuestro comentario a la red, repasaremos la ortografía: uso de mayúsculas, palabras con dificultad ortográfica (b, v, y, ll, g, j, h…), tildes…

7) Exprésate con orden.
Repasa las oraciones para que tengan sentido, usa el punto al final de cada una de ellas, utiliza los signos de puntuación (¡!, ¿?,…) cuando sea necesario… Además, procuremos no repetir palabras y usemos sinónimos.

8) Identifícate con un nombre.
Aunque no es obligatorio, al autor/a del blog le suele gustar saber quiénes son sus lectores. No es necesario que escribas tu nombre y apellidos, pero es conveniente que te identifiques como “Rosana, alumna de 6º”, o “Antonio (Barcelona)”. De esta manera el Blogger se hace una idea de qué tipo de personas o lugares lo están leyendo.

9) No hagas spam.
Hay mucha gente que no lee el artículo y el único comentario que hace es del tipo: “Visita mi blog que está en esta dirección:”. Este tipo de comentario es simplemente PUBLICIDAD y no aporta nada a dicho blog.

10) Practica e irás mejorando.
Hacer comentarios, como todo, no es nada fácil al principio. Pero si insistes y lo practicas, cada vez lo harás mejor.



Ya sabéis que para comentar una entrada, tan sólo hay que pinchar en la palabra “comentarios” que aparece debajo de cada entrada, escribid el vuestro, identificaros (“comentar cómo”), y pulsar el botón “publicar un comentario”.



Y para que practiquéis un poco, podéis comentar la siguiente entrada que encontré en otro genial Blog (La clase de quinto B) de la clase de 5º B del colegio Octavio Augusto de Mérida:








(Imagen tomada de la Wikipedia)



Así comienza el discurso que el Premio nobel de Literatura Mario Vargas Llosa leyó ayer (el 7 de diciembre) en Estocolmo:
   
Aprendí a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio de la Salle, en Cochabamba (Bolivia). Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida. Casi setenta años después recuerdo con nitidez cómo esa magia, traducir las palabras de los libros en imágenes, enriqueció mi vida, rompiendo las barreras del tiempo y del espacio y permitiéndome viajar con el capitán Nemo veinte mil leguas de viaje submarino, luchar junto a d'Artagnan, Athos, Portos y Aramís contra las intrigas que amenazan a la Reina en los tiempos del sinuoso Richelieu, o arrastrarme por las entrañas de París, convertido en Jean Valjean, con el cuerpo inerte de Marius a cuestas.

La lectura convertía el sueño en vida y la vida en sueño y ponía al alcance del pedacito de hombre que era yo el universo de la literatura. Mi madre me contó que las primeras cosas que escribí fueron continuaciones de las historias que leía pues me apenaba que se terminaran o quería enmendarles el final. Y acaso sea eso lo que me he pasado la vida haciendo sin saberlo: prolongando en el tiempo, mientras crecía, maduraba y envejecía, las historias que llenaron mi infancia de exaltación y de aventuras.

Me gustaría que mi madre estuviera aquí, ella que solía emocionarse y llorar leyendo los poemas de Amado Nervo y de Pablo Neruda, y también el abuelo Pedro, de gran nariz y calva reluciente, que celebraba mis versos, y el tío Lucho que tanto me animó a volcarme en cuerpo y alma a escribir aunque la literatura, en aquel tiempo y lugar, alimentara tan mal a sus cultores. Toda la vida he tenido a mi lado gentes así, que me querían y alentaban, y me contagiaban su fe cuando dudaba. Gracias a ellos y, sin duda, también, a mi terquedad y algo de suerte, he podido dedicar buena parte de mi tiempo a esta pasión, vicio y maravilla que es escribir, crear una vida paralela donde refugiarnos contra la adversidad, que vuelve natural lo extraordinario y extraordinario lo natural, disipa el caos, embellece lo feo, eterniza el instante y torna la muerte un espectáculo pasajero.
 . . . 



 (Firma de Mario Vargas Llosa tomada de la Wikipedia)



Vale, vale, tampoco te voy a pedir que te lo leas entero, aunque en el siguiente enlace lo tienes íntegro: Discurso Mario Vargas Llosa


Y tú, ¿qué opinión tienes sobre la lectura? ¿Crees que es algo importante o que es una pérdida de tiempo?  ¿Realmente piensas que puede ayudarte a ser feliz, a mejorar como persona? ¿No será simplemente un invento de los escritores para ganarse la vida? ¿O una de esas manías que tenemos los maestros para haceros la vida más difícil?


Mi opinión sobre la lectura ya la conocéis muchos. Espero ansioso vuestros comentarios para conocer las vuestras…


Un saludo.


Sr. Ruiz.

1 comentario:

  1. Muy bonito el texto y el video.
    La lectura es un placer que está al alcance de cuaquiera y nos permite viajar,soñar,disfrutar.... sin movernos del sofá ni gastarnos un euro.

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